CONEJO NEGRO - Relato
He parido un conejo negro, con negros ojos y dueño del culo más sucio que jamás haya visto. Parece no dormir, pero reposa a pesar de que todo el cuerpo pulsa como un motor al que gobiernan pulgas y nervios por igual. De este animal me asombro cada día, pues el sol y su luz divina no doblegan su sombra. Nada lo hace reír, a excepción de mis derrotas mundanas, tan absurdas como yo. Y es cuando me rindo, que hablamos sobre sus meditaciones (dedica tardes enteras a la observación) De él aprendo, me ha enseñado todo lo que sé. Por designio de Brahma, es tan inmundo como un cerdo; tal vez un tirano se haya hecho carne en él, pues su corta vida no podría encerrar tanta grandilocuencia. Mas no se arrepiente; este orejudo es un perverso que ama la destrucción.
¿Has llorado hoy? —me dice— ¿Has llorado mucho?
Y mientras veo la sangre de mis manos, él se ríe. Entonces tengo ganas de matarlo; me imagino celebrando sus vísceras y callando por fin su arrogante murmullo. “El maestro debe morir”, me repito en estos raptos. De pronto comprendo lo imposible de mis deseos, pues él es todo lo que temo, lo que amo y quien soy. No me queda más que dejarlo ser y alimentarlo tanto como le sea necesario. De mi viene, hacia él voy y no pretendo ser un monstruo, sino dejarle florecer, dejarlo matar la flor y que vuelva cada vez que quiera.
—¿Has pensado hoy en matarme?— se burla.
Aprieto los labios tanto como los puños —llego a sangrar—. Me reservo para que pueda reír. Entonces repite —¿Has pensado en matarme hoy?— Y lanza una carcajada que me atraviesa, me contagia… lo celebro.
Conejo Negro es un relato publicado en el libro "Mitología Urbana"
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